domingo, 18 de enero de 2009

No callaré,

no cesaré mis búsqueda, entre olas wagnerianas, destapar el recóndito rincón del que nace la intensidad.

Libertad no es descubrir a la consciencia mirándose a sí misma -a eso le llamo yo egolatría-. Libertad es fluir hasta el manantial, amordazar a la voz que, convencionalmente, une significante con significado para perderse por los oscuros derroteros de la lógica.

No apoyes tus talones sobre el quebradizo pensamiento. Sólo hay un camino...

Aniquila en añicos y vuelve a recibir el torrente. Desautomatiza con su desconcierto... ¿Queríais estar a salvo/ Te creías ya a salvo/ Queríais estar a salvo/ Te creías ya a salvo/ Queríais estar a salvo/ Te creías ya a salvo...?

Odiadme, me dará absolutamente igual... Pero nunca pongáis diques a mi expansión... Me tocará, entonces, aniquilaros.

Sólo hay un camino... Sturm und Drang

sábado, 17 de enero de 2009

He vuelto a volver

Respira... la ventana está abierta...

Se acabó la dialéctica... Respira...

Caíste bajo; sí: aceptaste las certezas. Ahora a la cobardía se le llama pragmatismo. No eres más que otro puntito entre este atajo de hipócritas. ¿Dónde quedaron todas las reflexiones? ¿De qué te sirvieron? te has conformado con el bienestar, pero... ¿y la Verdad? ¡Has cerrado los ojos, maldita! Te has acomodado como toda una prostituta. Mírate. Das vergüenza, das asco. Oye ese tono rastrero, suavecito e hipócrita que...

Tsssst. ¡Calla! Estoy tratando de escuchar la vida; estoy construyendo nuevas vías... ¿No querías erradicar el intelecto?

Estás enferma de teleología, jodida zorra. Te arrastras ante los placeres comunes. No eres más que eso: común, vulgo. El pálpito, ¿recuerdas? En el pálpito se hallaba el sentido del acto.

El pálpito por sí sólo no basta... debe expandir su eco por lo palpable... Eras tú la que me alejaba de lo pal...

¿Cómo puedes hablar de palpar si has perdido todo sentido del tacto, si ya no haces distinción de una seda y un saco de arpillera?

Te equivocas: tú eres la que no sabría distinguir más allá de lo que imagi...

Cobarde, vendida. Me has traicionado. Prosigue tu camino. Sólo espero que llegue el día en que, al mirarte al espejo, lo quiebres de un manotazo para, con un fragmentito, cortarte tus infestadas venas.

De acuerdo. Y, ahora, calla para siempre.

He vuelto, pero este descanso me ha servido para cambiar en... para progresar en... para aprender que... he vuelto, simplemente, permanezco.

Como si una punta del cordel abriera surcos en la espalda, mientras la otra punta del cordel enlaza el pulmón... así vuelven a surgir los automatismos a erradicar.

Te pensabas ya a salvo, Amelie Fatale, y no habías hechó más que torcer la cara...

Vuelve a mirarte, dubitativa, en falso equilibrio entre la aceptación y la destrucción; entre la corriente y la firme roca, a punto de caer y despedazarte ante lo que no sabes si nombrar facilidad o valentía.

Lo que no te mate...

¿Más fuerte o más dura? No quisiera dejar de fluir.

Pero fluir es...

No, quizás sea automatismo, quizás la perpetua ficción incompleta, que se va filtrando, entrelazando, encadenándome a...

Dulces sueños